Existen diferentes autores que proponen tipos de negocios según sus características y formatos, que es lo que se conoce como modelos de negocio.

Los negocios agrupados en modelos sugieren una guía para el desarrollo de los mismos, catalogándolos al punto de la estandarización.  Cada autor lo hace en función de atributos propios del negocio, como pueden ser el mercado, la competencia, el rubro o el tipo de liderazgo.

Por supuesto existen modelos más exitosos que otros, pero lo cierto es que todos ayudan a entender el negocio en sí mismo y brindan las herramientas adecuadas para que el emprendedor cree el que más le convenga.

El emprendedor no solo debe escoger un modelo y utilizarlo, sino también adaptarlo al mercado y a la esencia de su idea original. De esta manera, podemos inferir que los modelos ayudan a describir al emprendimiento (negocio), adaptándose a la idea del emprendedor y creando un modelo nuevo único e irrepetible.

Expliquemos esto un poco mejor. Un modelo es un molde, un estándar, una matriz o un formato predeterminado. Todo lo que se adapte a ese modelo y salga del mismo molde será igual o tendrá características similares. Si utilizamos los modelos de negocios como moldes, estaremos replicando el negocio de otros, pero si hay una certeza en el mundo del management es que el éxito está asociado con la originalidad, las ideas disruptivas, estar fuera de molde, lo diferente y lo novedoso. Entonces, si al momento de crear un negocio lo hacemos a partir de un modelo (cualquiera que fuese), estaríamos alejando al negocio del éxito.

Ahora bien, si en cambio vemos los modelos de negocios como herramientas descriptivas de nuestras ideas, los combinamos, los editamos, los adaptamos y de todo eso creamos uno nuevo, las probabilidades de éxito serán mucho más altas.

¿Qué debemos tener en cuenta de los modelos de negocio? Principalmente la propuesta de valor de cada uno.

La propuesta de valor es un entramado de cuatro elementos que define las ventajas y desventajas de un modelo. Explícitamente utilizo la palabra “entramado” porque dichas características están conectadas entre sí, dependiendo una de la otra.

Entonces, en función de la propuesta de valor podemos identificar y distinguir sus puntos débiles o fuertes.

Los cuatro elementos fundamentales que conforman la propuesta de valor de un modelo de negocio son:

  1. Inversión
  2. Utilidad
  3. Tiempo
  4. Riesgo

La inversión para iniciar el negocio es la barrera principal, pues es el puntapié inicial que hace de filtro imperante. Solo acceden a ese modelo de negocio quienes pueden afrontar dicha inversión, ya sea con medios propios o no.

La segunda característica que define el valor de un negocio es la utilidad o ganancia que obviamente estará asociada con la inversión. Se supone que mientras mayor es la inversión, mayor será la posibilidad de obtener utilidades.

El tiempo es lo que también define el desarrollo del negocio. Tiene dos aspectos: la espera para recuperar la inversión y comenzar a obtener utilidades y el tiempo de duración del negocio. Por un lado, las propuestas de valor de negocios a largo plazo (mayor tiempo de recuperación) sugieren negocios estables y utilidades moderadas. Por el otro, cuando el tiempo para recuperar la inversión es menor se suponen utilidades mayores. Lo que todo emprendedor espera lograr es un modelo de un corto tiempo de recuperación, grandes utilidades y un tiempo de funcionamiento prolongado y estable.

Finalmente, el riesgo es la probabilidad de éxito o de fracaso del negocio. Si la probabilidad de éxito es baja, es un modelo de negocios riesgoso. En cambio, si la probabilidad es alta, es un negocio de bajo riesgo. Por supuesto, el riesgo se asocia con grandes márgenes de utilidad: mientras mayor es el riesgo, mayor será la ganancia.

El riesgo que se asume en los modelos de negocios define a la propuesta de valor y se relaciona con los otros elementos de la siguiente manera:

  • Las inversiones iniciales bajas están asociadas con negocios de bajo riesgo.
  • Las propuestas de valor que insinúan grandes utilidades se relacionan con modelos de alto riesgo.
  • Los modelos de negocios con un tiempo de recuperación de la inversión muy bajo también están vinculados con un alto riesgo.

Así, la combinación de estos cuatro elementos conforma la propuesta de valor de un modelo de negocio. ¿Para qué sirven los estándares? Para identificar los diferentes modelos y adecuar el más apropiado a nuestro negocio, evaluar el riesgo y animarse a triunfar.